El modelo de concesiones aeroportuarias ha demostrado ser muy exitoso a nivel mundial y Colombia no es la excepción. Este modelo permite afrontar de manera exitosa las deficiencias de la infraestructura del sector aeroportuario y suplir las necesidades de crecimiento e inversión del gobierno generando a su vez importantes ingresos provenientes de las contraprestaciones que deben pagar las concesiones al Estado.
Con una meta de 100 millones de pasajeros para el 2030 es indispensable promover cada vez más condiciones adecuadas a los concesionarios aeroportuarios y seguirle apostando a la competitividad del sector aéreo con la delegación a operadores privados que puedan hacer inversiones importantes y generar ventajas competitivas reales.
Un claro ejemplo del éxito de este modelo es El Dorado, aeropuerto que ha logrado consolidarse como la primera terminal aérea de carga en Sudamérica y la tercera de pasajeros a nivel regional. Este aeropuerto cuenta con certificados internacionales como los otorgados por Skytrax, la principal auditoria aeroportuaria a nivel mundial, que lo reconoció como un aeropuerto 5 estrellas en bioseguridad, gracias a las innovaciones y tecnología adquirida por Opain, operador de la terminal, en los tiempos más críticos de la pandemia. Así mismo, durante los últimos años, ha sido reconocido tres veces como el aeropuerto con el mejor staff de sur américa, y en dos oportunidades ha ocupado el primer puesto en la lista de los mejores aeropuertos de América Latina.
Antes de la pandemia, Colombia estaba en una senda creciente de pasajeros que estaban siendo atendidos por los aeropuertos de manera consistente. Sin ir muy lejos, hace 10 años por El Dorado transitaban aproximadamente 12 millones de pasajeros al año, hoy, gracias a la modernización de la terminal, cuenta con una capacidad de movilizar a 45 millones de pasajeros.
Los aeropuertos concesionados de Colombia han demostrado una clara capacidad de adaptación, respondiendo adecuadamente a los desafíos globales marcados por la pandemia y están en capacidad de seguirlo haciendo con los mismos niveles de comienzos de 2020. Y es esto lo que es relevante en este momento. Colombia cuenta con unos aeropuertos concesionados competitivos, que no se detuvieron durante los meses más difíciles de la pandemia, a pesar de haber tenido que cerrar sus puertas por más de 5 meses. Es momento de volverlos a
operar al 100% de su capacidad y para esto se requiere la actuación inmediata de la Aeronáutica Civil.
El mundo ya arrancó y Colombia no se puede quedar atrás por cuenta de limitar una operación que no tiene por qué estar restringida, no es momento de poner en riesgo la posición de Colombia como atractivo turístico y de inversión.
Este es un llamado de urgencia a la Aeronáutica Civil para responder a la recuperación aérea ya. Periódicamente se anuncia la llegada de nuevas aerolíneas y la apertura de nuevas rutas desde diversas ciudades de Colombia, lo que impone el reto de no seguir restringiendo las operaciones, principalmente la de El Dorado que es la más grande del país y que está lista para operar a los niveles anteriores a la pandemia, 74 operaciones por hora y no solo con las 47 actuales que autorizó.
Colombia tiene que seguir avanzando en la senda de recuperación de su economía y el sector aéreo es su principal motor. Corresponde a las autoridades y a todo el sector subirse en el vuelo de la reactivación en pro del país.