Por: Miguel Ángel Bettín Jaraba, director Comercial de Servinc LTDA.
Empecemos por el principio. Tener una única verdad, por decirlo de alguna manera, sobre distintas visiones de un sector como el de la construcción e infraestructura, clave para impulsar el crecimiento de la economía nacional, pero además con un reto adicional como el de involucrar un lenguaje para todos aquellos que intervienen en el proceso parece una utopía, en especial, en estos tiempos donde precisamente la información avanza vertiginosamente cada segundo y los avances tecnológicos no dan tiempo para aprender o al menos poner a prueba, una versión anterior de algún nuevo desarrollo o una aplicación. No obstante, soñar con que toda la sociedad tenga acceso a la misma información y pueda comprobar cómo van a quedar las obras en Colombia, sí es posible.
Los datos de la recuperación económica de Colombia revelados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), dan cuenta de que en el primer trimestre de 2022, el valor agregado de la construcción creció 5,2%, lo cual se explica por el renglón de las edificaciones residenciales y no residenciales que creció 10,3%; la construcción de carreteras y vías de ferrocarril, de proyectos de servicio público y de otras obras de ingeniería civil que decreció 4,9% y las actividades especializadas para la construcción de edificaciones y obras de ingeniería civil (alquiler de maquinaria y equipo de construcción con operadores), el cual creció 5,8%. No obstante las cifras, este renglón aportó para que el Producto Interno Bruto (PIB) creciera 8,5% en este periodo, con una pandemia aún vigente a nivel mundial.
Así las cosas, se puede observar que cada proyecto de insfraestructura o de urbanismo que genera crecimiento, competitividad y equidad, y por encima de todo, une a un equipo interdisciplinario que debe contener un elemento fundamental como la confianza, para evitar que se cometan errores. Precisamente, crear un solo lenguaje para unir las versiones de distintas profesiones involucradas en proyectos de urbanismo, infraestructura, edificaciones con el objetivo de generar confianza, credibilidad y sobre todo ejecución de los grandes megaproyectos en los tiempos establecidos, utilizando los recursos adecuados de manera eficiente, es la labor fundamental que cumple el BIM (Building Information Modeling).
En estricto sentido, el sector está asistiendo a una transformación digital nunca antes vista ya que se está pasando de evolucionar de lo que algunos llamaron en algún momento “simples trazos”, usando herramientas técnicas básicas a modelar diseños estructurados con cantidades, volúmenes, costos definidos y en especial cumplir estándares internacionales.
¿DE DÓNDE VIENE?
Y aunque esta metodología de trabajo colaborativo es relativamente nueva en Colombia, su aplicación en otras partes del mundo se viene haciendo hace más de 15 años. De hecho, existen estudios que se remontan a 1962, donde el inventor estadounidense Douglas C. Engelbart ofreció una visión diferente del futuro arquitectónico, asociando en su momento diseños basados en objetos con parámetros y una base de datos relacional. Esta mezcla de dibujos con bases de datos, alimentadas por diferentes expertos evolucionó y muchos años después, el concepto relacional tomó fuerza y la empresa Húngara, Graphi- soft, lanzó en 1984, un primer software BIM en el mundo, denominado Archi- CAD, dos años después de la puesta en marcha del ya conocido y famoso AutoCAD 2D.
Ya en la década de los noventa, el Reino Unido fue uno de los primeros países en atreverse a implementar un acuerdo entre empresas del sector de la construcción, el gobierno y la academia al darse cuenta de que estaban haciendo las cosas “como no se debían” y por ende se estaba traduciendo en pérdidas para todos los involucrados. Este análisis estructural los llevó a mejorar la manera como todos los agentes estaban construyendo y ahí empezaron a realizar todo un esquema de contratación, con lo cual podría decirse que fue una de las raíces del BIM.
Tal y como lo explica el socio líder de Capital Projects Spanish Latin Ame- rica, Carlos Ortega: “En general lo que busca el BIM es que haya transparencia, una sola versión de la verdad. Que en el diseño de un hospital, un puente, una vía, una obra, haya una sola interpretación. Construir virtualmente y al hacerlo los errores se encuentran en el computador y no en la obra. Uno siempre dice que el papel aguanta todo, hablando de diseño estructural, pero con BIM, hay muchos errores que se evitan en la vida real en un proceso constructivo”.
Dicho de otra manera, esta revolucionaria metodología de trabajo es para gestionar mejor la información de todas las áreas y tomar mejores decisiones con el objetivo de hacer obras en menor tiempo, ahorrar costos y evitar reprocesos en la fase real de construcción.
Otro elemento fundamental que brinda el BIM es la precisión. “Tener una mayor precisión, al ser milimétrico, ha permitido la prefabricación que ya ha empezado una gran cantidad constructiva. Prefabricar un montón, ser más preciso y más rápido es ahorro en tiempo y costos. Con esto lo que se trata es hacer un proyecto lo más rápido. Es tener una versión de la verdad. Que haya un norte. Eso es transparencia. Las nuevas personas que están llegando a liderar proyectos quieren hacer las cosas bien y hoy cuentan con una herramienta que está habilitada para eso”, señala Ortega.
HACIA UN MANDATO NACIONAL
La llegada de la pandemia al país involucró crear mecanismos que ayudaran a mejorar la toma de decisiones de manera coordinada y gracias a la entrada de BIM en el país, muchos sectores como el de la construcción impulsaron el uso de esta metodología, que bajo el liderazgo de los expertos y de entidades como el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, entidad que lanzó en 2020 la Estrategia para la modernización del sector de la construcción e infraestructura a través de procesos colaborativos usando información estandarizada en un entorno digital, han tenido incidencia en el desarrollo de la infraestructura, para encontrar soluciones de manera conjunta.
Dicha estrategia planteó que durante los dos primeros años (2020 – 2021) del plan nacional, las organizaciones nacionales deberían desarrollar una estrategia de transformación organizativa alineada con el plan de transformación nacional en la que se establezcan los criterios para la implementación práctica y la generación de demanda pública de la metodología BIM.
El requerimiento de uso del BIM será gradual hasta convertirse en un mandato nacional en 2026. Para el 2023 se planteó la meta que entre el 35% y 50% de los proyectos de construcción públicos usen esta metodología y en 2025 su expansión oscile entre el 85% y 100%.
Es así que se prevé una implementación progresiva de siete años para la capacitación y digitalización del sector de la construcción y operación. Inicialmente, se requerirá el uso de la metodología BIM desde el sector público, para la generación de demanda y progresiva capacitación de la cadena de suministro, hasta su implementación mandataria en 2026 para proyectos de orden nacional o cofinanciados por el gobierno nacional.
De acuerdo con la Estrategia Nacional BIM, la reducción de la variabilidad en costos y tiempo de los proyectos, así como el aumento de la productividad de la infraestructura y construcción mediante la adopción de la metodología BIM, aportará la mejora de la infraestructura, elemento fundamental para la prosperidad económica y la mejora de la productividad en todos los sectores. La reducción de los costos de los proyectos de infraestructura permitirá la gestión de un mayor número de proyectos con los recursos disponibles y a su vez generar un significativo crecimiento económico.
El documento de estrategia detalla las acciones necesarias que se deberán llevar a cabo en cuanto al liderazgo público: la creación de un marco colaborativo (estándares, guías y plantillas), los planes de comunicación y socialización de los avances en la adopción y conocimientos y el desarrollo gradual de capacidades para la implementación práctica.
UNA TENDENCIA MUNDIAL
No obstante, hay que mencionar que en el desarrollo de la metodología hay más herramientas enfocadas a la arquitectura ya que existe un mayor conocimiento y los procesos están más estandarizados. En la infraestructura se está desarrollando en el diseño, en la construcción, pero las diferencias son mínimas, ya que lo más importante es que están más al alcance de las empresas.
Algunos expertos consideran que se trata de una tendencia y que no hay mayor diferencia entre arquitectura e infraestructura. “La tendencia es que todas las entidades podemos apuntar hacia esta innovación, aunque se trate de un camino lento. Ya hay unos lineamientos del orden nacional que obligan a las diferentes entidades a incorporar este tipo de metodología en la ejecución de los proyectos”, explicó uno de los analistas consultados por Infraestructura & Desarrollo.
Una de las ventajas es que se puede usar en cualquier campo de la ingeniería y de la arquitectura y esto significa que más allá de su radio de acción lo que permite es que las empresas, por ejemplo, de servicios públicos, redes, geotecnia, sismología, se puedan coordinar con esta metodología, pero lo cierto es que hay un gran reto para avanzar con otras entidades. Partiendo de la base del proyecto, se podrán crear unas bases que permitan que cualquier empresa pueda entrar en esta dinámica. El BIM es una oportunidad para que las empresas a nivel nacional lo adopten en sus proyectos, con lo cual redundará en un beneficio para toda la ciudadanía.